Con la tecnología de Blogger.

jueves, 20 de julio de 2017

Sobre el exodo


Mario Benedetti (1920-2008)

[Nota previa de El Libertario: Reproducimos este relato escrito por M.B. en 1977 e inspirado en lo que se vivía en el Uruguay de ese entonces, pues entendemos que ahora tiene especial sentido y resonancia para quienes padecemos la Venezuela de 2017.]

Es obvio que el éxodo empezó por razones políticas. En el extranjero los periodistas empezaron a escribir que en el paisito la atmósfera era irrespirable. Y en verdad era difícil respirar. Los periodistas extranjeros siguieron escribiendo que allí la represión era monstruosa. Y realmente era monstruosa. Pero el hecho de que esas verdades fueran recogidas y difundidas por periodistas foráneos dio pie a las autoridades para una inflamada invocación al orgullo nacional. El error gubernamental fue quizá haber puesto la invocación en boca del presidente, ya que en los últimos tiempos, no bien asomaba en los receptores de radio y las pantallitas de televisión la voz y/o la imagen del primer mandatario, la gente apagaba de apuro tales aparatos. De modo que los pobladores jamás llegaron a enterarse de la invocación al orgullo nacional que hacía el gobierno. Y en consecuencia se siguieron yendo.
     
Primero se fueron todos los sospechosos que andaban sueltos. Después se empezaron a ir los parientes y los amigos de los sospechosos [presos o sueltos]. Al principio, aunque eran muchos los que emigraban, siempre eran más los que iban a despedirlos a puertos y aeropuertos. Pero el día en que partió un barco con mil emigrantes y fueron despedidos por sólo 24 personas, el hecho insólito fue registrado por la indiscreta cámara de un fotógrafo. extranjero, y la publicación de tal testimonio en un semanario de amplia circulación internacional dio lugar a una nueva invocación patriótica del presidente, y en consecuencia al momentáneo y preventivo apagón de los pocos receptores que aún contaban con radioescuchas y de las escasas pantallitas que aún tenían televidentes. Lo curioso fue que el gobierno no pudo verosímilmente castigar ese nuevo hábito, ya que, a partir de la crisis petrolera, había exhortado a la población a no escatimar sacrificios en el ahorro del combustible y por tanto de energía eléctrica. ¿Y qué mayor sacrificio [decía el pretexto popular] que privarse de escuchar la esclarecida y esclarecedora voz presidencial? No obstante, debido tal vez a esa circunstancia fortuita, el pueblo tampoco esta vez llegó a enterarse de que su orgullo patrio había sido invocado por el superior gobierno. Y siguió yéndose.
   
Cuando los sospechosos que andaban sueltos, más sus amigos y familiares, emigraron en su casi totalidad, entonces empezaron a irse los que pasaban hambre, que no eran pocos. La última encuesta Gallup había registrado que el porcentaje de hambrientos era de un 72,34%, comprobación importante sobre todo si se considera que el 27,66% restante estaba en su mayor parte integrado por militares, latifundistas, banqueros, diplomáticos, cuerpos de paz, mormones y agentes de la CIA. El de los hambrientos que se iban representó un contingente tanto o más importante que el de los sospechosos y «sospechosos de sospecha». Sin embargo, el gobierno no se dio por enterado y como contrapropaganda empezó a difundir, por los canales y emisoras oficiales, un tratamiento de comidas para adelgazar.
     
Cierto día circuló el rumor de que en Australia había gran demanda de obreros especializados. Inmediatamente se embarcaron rumbo a Oceanía unos treinta mil obreros, cada uno con su mujer, sus hijos y su especialización. Es sabido que, en cualquier lugar del mundo, los grandes industriales captan rápidamente las situaciones claves. Los del paisito también las captaron, y al comprender que sus fábricas no podían seguir produciendo sin la mano de obra especializada, desmontaron urgentemente sus planes y plantas industriales y se fueron con máquinas, dólares, muzak, familia y amantes. En algunos contados casos dejaron en el país un solo empleado para que presentará la liquidación de impuestos, pero en cambio no dejaron ninguno para que la pagara.
    
Otro día circuló el rumor de que, también en Australia, había gran demanda de servicio doméstico. Inmediatamente se embarcaron rumbo a Sydney cuarenta mil sirvientas, mucamos, etc., incluido en el etcétera un ex mayordomo que estaba sin trabajo desde el secuestro del embajador británico. En las grandes familias de la oligarquía ganadera, las damas de cuatro a seis apellidos también captaron rápidamente la situación, y al comprender que, sin servicio doméstico habrían tenido que ocuparse ellas mismas de la comida, la limpieza, el lavado de ropa [los lavaderos y tintorerías hacía meses que habían emigrado] y la higiene de letrinas y fregaderos, convencieron a sus maridos para que organizaran con urgencia el traslado familiar a algún país medianamente civilizado, donde al oprimir un botón de inmediato acudieran sirvientitas que hablaran inglés, francés, y no tuvieran piojos ni hijos naturales. Porque aquí, en el mejor de los casos, al llamado del timbre sólo aparecían los piojos. Y no se sabía por cuánto tiempo seguirían apareciendo.
    
Hay que reconocer que los militares fueron de los que se quedaron hasta el final. Por disciplina, claro, y además porque percibían suculentos gajes. En el momento oportuno, su voluntad de arraigo les había hecho emitir un comunicado especialmente optimista, en el que se señalaba que en el último año había disminuido en un 35,24% la cantidad de personas que habían sufrido accidentes de tránsito. Los periodistas extranjeros, con su habitual malevolencia, intentaron minimizar ese evidente logro, señalando que no constituía mérito alguno, ya que en el territorio nacional había cada vez menos gente para ser atropellada. El único diario que reprodujo este insidioso comentario fue clausurado en forma definitiva.
  
Sí, los militares [y los presos, claro, pero por otras razones] se quedaron hasta el final. Sin embargo, cuando el éxodo empezó a adquirir caracteres alarmantes, y los oficiales se encontraron con que cada vez les iba siendo más arduo encontrar gente joven para someterla a la tortura, y aunque a veces remediaban esa carencia volviendo a torturar a los ya procesados, también ellos, al encontrarse en cierta manera desocupados, empezaron a buscar pretextos para emigrar. Las becas que proporcionaba la gran nación del Norte para cursos de perfeccionamiento antiguerrillero en la zona del Canal, comenzaron a ser masivamente aceptadas. Aproximadamente la mitad de los oficiales en servicio fueron canalizados hacia el Canal. En cuanto a la mitad restante, se dividió en dos clanes que empezaron a luchar por el poder. Eso duró hasta que una tarde, un coronel medianamente lúcido reunió en el casino del cuartel a sus camaradas de armas y les zampó esta duda cruel: «¿A qué luchar por el poder si ya no queda nadie a quien mandar? ¿Sobre quién carajo ejerceremos ese poder?» El efecto de semejante duda filosófica fue que al día siguiente se embarcaron para el exterior el noventa por ciento de los oficiales que quedaban. Los que permanecieron [casi todos muy jóvenes, pertenecientes a las últimas promociones], felices de hallarse por fin sin jefes, intentaron organizar un partidito de fútbol en la plaza de armas, pero cuando advirtieron que el total de fieles servidores de la patria no alcanzaba a los 22 que marca la reglamentación de la FIFA, decidieron suspender el partido. Y al día siguiente se fueron en el alíscafo.
   
El último de los militares en irse fue el director del Penal. Cuando se alejó, sin despedirse siquiera de los presos políticos [aunque sí de los delincuentes comunes], dejó el gran portón abierto. Durante una hora los presos no se atrevieron a acercarse. «Es una trampa para matarnos», dijo el más viejo. «Es un espejismo», dijo el más cegato. «Es la tortura psicológica», dijo el más enterado. Y estuvieron de acuerdo en no arriesgarse. Pero cuando transcurrió otra hora, y desde afuera sólo venía el silencio, el más joven de los reclusos anunció: «Yo voy a salir». «¡Salgamos todos!», fue la respuesta masiva.
    
Y salieron. En las calles no se veía a nadie. Junto a un árbol hallaron dos revólveres y una metralleta abandonada. «Habría preferido encontrar un churrasco», dijo el más gordo, pero acaso por deformación profesional tomó uno de los revólveres. Y avanzaron, primero con cautela y luego con relativa intrepidez. «Se fueron todos», dijo el más viejo. «Ojalá hayan dejado también a las presas», dijo el más enterado. Y ante la carcajada general, agregó: «No sean mal pensados. Lo digo preocupado fundamentalmente en la tarea de repoblar el país». «¡Falluto! ¡Falluto!», gritaron varios.
   
Demoraron dos horas en llegar al Centro. En la plaza tampoco había nadie. El héroe de la Patria, desde su corpulento caballo de bronce, por primera vez en varios años tenía un aire optimista. También por primera vez el monumento no estaba decorado por los excrementos de las palomas, tal vez porque las palomas se habían ido.
    
El que llevaba el revólver empujó lentamente la gran puerta de madera y penetró con cierta parsimonia en la Casa de Gobierno. Los demás lo siguieron, un poco impresionados porque aquel edificio había sido algo inaccesible. En una habitación de la planta alta encontraron al presidente. De pie, silencioso, con las manos en los bolsillos del saco negro.
    
—Buenas tardes, presidente —dijo el más viejo. Disimuladamente alguien le alcanzó el revólver que recogieran durante la marcha.

—Buenas tardes —dijo el presidente.

—¿Por qué no se fue? —preguntó el más viejo.

—Porque soy el presidente.

—Ah.    

Los ex reclusos se miraron con una sola pregunta en los ojos: «¿Qué hacemos con este tarado?» Pero antes de que nadie hallara una respuesta, el más viejo le alcanzó el arma al presidente.
   
—Señor, queremos pedirle un favor. Péguese un tiro.
    
El presidente tomó el arma y todos observaron que la mano le temblaba. Pero algunos lo atribuyeron a que fumaba demasiado.
 
—No sé si ustedes saben que soy cristiano. Y a los cristianos les está prohibido suicidarse.
    
—Bueno —dijo el más viejo—. Tampoco hay que ser tan esquemático. Es cierto lo que usted dice, pero hasta cierto punto. Usted es un cristiano, señor presidente, pero un cristiano de mierda, y a esa subespecie sí le está permitido suicidarse.
 
—¿Usted cree?

—Estoy seguro, señor —dijo el más viejo.

El presidente se sonó las narices y se acomodó el nudo de la corbata.
—¿Permiten por lo menos que me vende los ojos?

El más viejo miró a los demás.
—¿Le dejamos que se vende los ojos?

—¡Sí! ¡Que se los vende! —dijeron todos.
   
Como el blanco pañuelo del presidente estaba sucio por haberse sonado las narices, uno de los ex reclusos tomó una servilleta que había sobre una mesa, y con ella le vendó los ojos. El presidente alzó entonces su mano con el revólver, y antes de arrimarlo a la sien derecha, dijo con voz ronca:
   
—Adiós, señores.

—Adiós —dijeron todos, con los ojos secos, pero sin alegría.
    
El tiro sonó extraño. Como un proyectil que se hunde en paja podrida.

Aún resonaba la estela opaca del estampido, cuando empezaron a oírse los tamboriles de los primeros jóvenes que regresaban.

[Tomado de http://culturayanarquismo.blogspot.com/2017/07/sobre-el-exodo.html.]


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.

Ser gobernado es...

Charla: El Anarquismo en América Latina

Seguidores

Etiquetas

@kRata (comic) `Sabino Romero 10deLuluncoto 18 años El Libertario 1º de Mayo 27 de febrero 4 de febrero Aana Wainjirawa abajo los muros de las prisiones Abdicación del rey de España abolicionismo Aborto abstencion Abstención abstención electoral abuso militar en Venezuela abuso policial abuso sexual niños Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat acampada Acampadas acción directa anarquista Acción Directa Autogestiva Accion directa no violenta Acción Ecológica Acción Libertaria actividades activismo actualidad del anarquismo Acuerdo Venezuela China adecos chavistas agresiones en Venezuela agresiones a sindicalistas en Venezuela agroecología Agustín García Calvo Alan Furth Alan Moore Albert Camus Alberto Acosta Alcedo Mora Alejandro Álvarez Alentuy Alexander Luzardo Alfonso "el Set@" Alfredo Bonanno Alfredo Vallota Alí Moshiri Alí Primera Alí Rodríguez Araque alternativa Alternativa Antimilitarista Alto costo de la vida Alvaro García Linera Amador Fernández-Savater América Latina Américo Alejandro Balbuena Aministía Internacional Amnistía Internacional Amnistía Internacional Venezuela Amor amor libre Amor y Rabia análisis análisis anarquista sobre Venezuela análisis asamblea nacional análisis conflicto con Colombia análisis de izquierda Venezuela análisis de la revolución bolivariana análisis económico análisis reformas en Cuba análisis sobre Venezuela anarchico anarchism anarchism kurdistan anarchism venezuela anarcofeminismo anarcopunk venezuela anarquismo a la venezolana anarquismo básico anarquismo caracas Anarquismo en América Latina anarquismo en Argentina anarquismo en barquisimeto anarquismo en Francia Anarquismo en México anarquismo en Perú anarquismo en rusia anarquismo en Uruguay Anarquismo en Venezuela Anarquismo es movimiento anarquismo hoy anarquismo ilegalista Anarquismo social anarquismo suiza anarquismo venezuela anarquismo vs. Estado anarquismo y cárceles anarquismo y comunicación anarquismo y derecho anarquismo y ecología anarquismo y educación anarquismo y literatura anarquismo y luchas sociales anarquismo y marxismo anarquismo y nacionalismo anarquismo y planificación urbana Anarquismo y política Anarquismo y Postestructuralismo anarquismo y religión anarquismo y violencia anarquismo zulia anarquistas anarquistas caracas Anarquistas contra el muro anarquistas de Alemania anarquistas de Brasil anarquistas de Chile anarquistas de Cuba anarquistas de México Anarquistas de Temuco anarquistas de Turquía anarquistas en Bolivia anarquistas en Colombia anarquistas en Costa Rica anarquistas en Cuba anarquistas en El Salvador anarquistas en Paraguay anarquistas en Venezuela anarquistas presos anarquistas solidarios con los yukpa anarquistas ucv anarquistas y prisiones Andreas Speck Ángel Cappelletti anonymous venezuela antiimperialismo antimilitarismo antimilitarismo anarquista Antonio Ledezma Antonio Pasquali Antonio Serrano antropología Antulio Rosales Anzoátegui apagones apoyo a El Libertario apoyo internacional al chavismo apoyo internacional al madurismo APPO Archivo Histórico del Anarquismo en Venezuela armamentismo Armando Chaguaceda Armando Guerra Armando Investiga Armando la Resistencia arte callejero arte y anarquismo artistas asesinato de estudiantes asesinatos de manifestantes Asier Guridi Asilo y refugio ataques contra defensores de derechos humanos ataques contra defensores de derechos humanos en Venezuela ataques contra el movimiento anarquista ataques contra el movimiento popular en Venezuela ataques libertad de expresión autodefensa autogestion autogestión Autonomía autonomía de los movimientos sociales autonomía universitaria autoritarismo burocratico en Cuba Barquisimeto Bernhard Heidbreder biblioteca anarquista bicentenario bakunin bicicletas biciescuela urbana bienes comunes brutalidad policial Buenaventura Durruti Buenos Aires calentamiento global Cambiar el mundo sin tomar el poder Cambio Climático cambio social Campaña contra la Criminalización del Anarquismo capitalismo y medio ambiente caracas Carlos Crespo Carlos Crespo Flores Carmen García Guadilla Casa de la Mujer "Juana la Avanzadora" de Maracay Casa de la Mujer Juana la Avanzadora de Maracay Centro de Derechos Humanos UCAB chavismo y religiosidad popular chile ciberactivismo ciclismo urbano ciclo guerrilla urbana ciencia y tecnología en Venezuela Civetchi CNT Coalicion Anarquista y Libertaria de Porto Alegre Coalición Venezolana de Organizaciones LGBTI Colombia comercio de armas comic comics comida vegetariana Comitê Popular da Copa 2014 Comites de Defensa de la Revolución compra de armas concretera caracas concretera de chuao Concretera la carlota conflicto universitario conflicto yukpa consecuencias ambientales explotación petrolera en Venezuela contaminación ambiental contaminación PDVSA Cooperativismo cooptación de movimientos sociales cooptación medios alternativos Venezuela CORPOELEC Correo A coyuntura mexicana 2012 coyuntura venezolana 2010 coyuntura venezolana 2012 coyuntura venezolana 2013 coyuntura venezolana 2014 coyuntura venezolana 2015 coyuntura venezolana 2016 criminalización de la protesta en Colombia criminalización de la protesta en Venezuela Criminalización de los pueblos indígenas crisis agropecuaria en Venezuela crisis económica en Venezuela crisis economica venezuela crítica anarquista al marxismo crítica de izquierda al chavismo críticas de izquierda al madurismo críticas revolucionarias a Rafael Ramírez Cuba Libertaria Cuba Libertaria 22 Daniel Ortega Daniel Pinos deforestación delimitación de tierras indígenas demarcación de territorios indígenas demarcación de tierras en Venezuela deporte y anarquia deporte y capitalismo derecho a la manifestación derecho a la protesta desabastecimiento desaparecidos en Argentina desaparecidos en México desaparecidos en Venezuela desarrollo científico-tecnológico desencanto en el chavismo despidos injustificados detenciones difusión anarquista Douglas Bravo ecologismo ecologismo en Venezuela economía educación en Venezuela Ejército Venezolano Eliseo Reclus Emma Goldman endeudamiento Enfermedad Hugo Chávez equidad de género en Venezuela Erick Benítez Escritos de Domingo Alberto Rangel Espacio Público Estado y corrupción en Venezuela Estado y economía en Venezuela Esteban Emilio Mosonyi ética y práctica médica Europa Eva Golinger Evo Morales extractivismo EZLN falso socialismo Fanzine Exilio Interior FARC fascismo Federación Anarquista Centroamericana y Caribeña Federación Anarquista Centroamericana y del Caribe Federación Anarquista de México Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) Felipe Pérez Martí Feria del libro anarquista Feria del Libro Independiente y Autogestionario Ferrominera Ferrominera Orinoco FIFA Filosofía Filosofía en la Ciudad Francisco Flaco Prada Frente Clasista Argimiro Gabaldón futbol brasil Gadafi Galsic Género Genocidio GLBIT Global Voices globalizacion en Venezuela golpe de Estado en Venezuela Grupo de Estudio y Trabajo Jesús Alberto Márquez Finol Guardia Nacional Bolivariana Guardianas de Chávez Gustavo Godoy Gustavo Rodríguez hacktivismo Heinz Dieterich Henrique Capriles hiperinflación Historia de Venezuela historia del anarquismo homicidios Homofobia Humano Derecho Humberto Decarli Humberto Márquez Humor ilustraciones imágen El Libertario indigenas ecuador indígenas en Argentina indígenas en Bolivia indígenas en Brasil indígenas en México indígenas en Perú indigenas en venezuela indígenas en Venezuela indígenas presos en Venezuela Indígenas Venezuela indìgenas y revolución bolivariana individualismo y anarquismo industria forestal en Chile industria petrolera inflación en Venezuela informática libertaria Informe situación indígenas en Venezuela Inseguridad Ciudadana en Venezuela Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela Irak Iris Varela Isbel Díaz Torres Israel izquierda antiautoritaria en Cuba izquierda antichavista izquierda en Venezuela James C. Scott Javier Gárate John Holloway Jorell Meléndez Jorge Videla jornadas de diversidad sexual Jornadas Magonistas Jose Manuel Delmoral Jose María Korta José María Korta José Quintero Weir José Rafael López Padrino Juan Carlos La Rosa la Justicia y los Derechos Humanos Laura Vicente LEEME CARACAS legado del chavismo Lexys Rendón Ley Antiterrorista Liber Forti Líber Forti liberacion animal liberación animal liberación humana libertad a los presos anarquistas libertad Bernhard Heidbreder libertad de expresión libertad de expresión en Venezuela libertad para detenidos en Lulea los Salarios y los Sindicatos lucha indígena en Colombia lucha indígena en Venezuela lucha revolucionaria lucha socio-ambiental luchas ambientales Venezuela luchas de los pueblos indígenas luchas de los trabajadores luchas de los trabajadores Venezuela luchas de mujeres luchas estudiantiles luchas indígenas en Venezuela luchas obreras luchas populares en Venezuela luciano pitronello Luis Carlos Díaz Luis Fuenmayor Toro Luis Rafael Escobar Ugas Luis Reyes Reyes Madres de Plaza de Mayo Madrid madurismo maestros manifestaciones manifestaciones en Venezuela manipulación mediática manipulación religiosa Manuales Manuel Castells Marc Saint-Upéry Marcela Masperó Marea Socialista María Esperanza Hermida Mario Antonio López mario gonzalez masa crítica Masacre de Cantaura Masacre de El Amparo Masacre de Haximú Masacre de Loma de León Masacre de Monte Oscuro masacre de San Vicente Masacre de Uribana medio ambiente medios comunitarios y alternativos de Venezuela medios de transporte alternativos megaminería Mercosur Mérida Mijaíl Martínez minería mineria en Venezuela minería en Venezuela Misiones Sociales MOC movilizacion en la planta muerte de neonatos en Venezuela mujeres anarquistas Mujeres Libres Mundial de Fútbol 2014 narcotráfico neoliberalismo Nicaragua nicolas maduro Nicolás Maduro Niñas y Adolescentes no a la concretera no a la extradicion de Bernhard Heidbreder no a las corridas de toros Nu-Sol objeción de conciencia Observatorio Venezolano de Conflictividad Social Occupy Wall Street Octavio Alberola organizacion nelson garrido Organización Nelson Garrido Origen de las Fuerzas Armadas en Venezuela Orlando Chirino Pablo Hernández Parra Paquete económico paramilitarismo paro universitario Parque Verde La Carlota patriarcado patriotismo Pedro Pablo Peñaloza Pelao Carvallo pelea de almohadas periódico anarquista Periódico Apoyo Mutuo periodico Bandera Negra periódico CNT Periódico El Amanecer Periódico El Libertario periódicos petróleo venezolano Picnic urbano poder y política en Latinoamérica poder y política en Venezuela poesía libertaria polarización en Venezuela Policía Nacional Bolivariana policías corruptos en Venezuela práctica anarquista prensa anarquista preso anarquista presos anarquistas presos políticos en Venezuela prision venezuela prisiones en venezuela proceso bolivariano producción agrícola protesta creativa protesta pacífica protestas contra el Mundial 2014 protestas en venezuela proyecto de reforma de la Ley de Conscripción y Alistamiento Militar pueblos originarios pugnas internas del chavismo Punk Latinoamericano punk veneziuela Quiteria Franco Rafael Ramírez Rafael Uzcátegui Raisa Urribarri Ramón Álvarez Ramón Carrizales Ramón Rodríguez Chacín Raúl Zibechi rebelion en venezuela recursos Red Latinoamericana Antimilitarista red Observatorio Crítico Red por los Derechos Humanos de Niños Red Protagónica Observatorio Crítico (OC) de la Revolución Cubana Regeneración Radio relaciones Cuba-EE.UU. relaciones de Venezuela con China relaciones de Venezuela con Colombia relaciones de Venezuela con Cuba relaciones de Venezuela con U$A relaciones entre la banca y chávez represión represión antianarquista represión en Colombia Represión en Cuba represion en Venezuela represión en Venezuela represión policial represion policial en Venezuela Repsol YPF resistencia indígena resistencia venezuela revista AL MARGEN revolución bolivariana Revolución ciudadana robert serra Roberto Yépez Rodolfo Montes de Oca Rodolfo Rico Roger Cordero Lara Rubén González Rubèn González Rusia Sacudón salario en venezuela salario mínimo en Venezuela San Cristóbal sanciones sancocho Santiago de Chile secuestro seguridad industrial semana pro presos anarquistas 2014 Servicio Militar Obligatorio sexismo sexualidad libre sicariato Sidor Sierra de Perijá Simón Rodríguez Porras sindicalismo situación agraria latinoamericana situación de la salud situación de los trabajadores en Venezuela situación del periodismo en Venezuela situación del sindicalismo en Argentina situación del sindicalismo en Venezuela situación político-social en Brasil situación político-social en la península ibérica situación político-social mexicana situación venezolana situation in Venezuela 2014 soberanía alimentaria en Venezuela Soberanía energética bolivariana Sociedad Homo et Natura Sociedad Homoetnatura Sofía Comuniello Sofía Esteves software libre solidaridad con Cuba Subcomandante Marcos Taller Libertario Alfredo López Tamoa Calzadilla Tarek William Saab tercerización en Venezuela terrorismo terrorismo cotidiano terrorismo de Estado en Colombia Testimonio represión Testimonios de la revolución cubana Todo por Hacer toma yukpa del TSJ Tomás Ibáñez torturas en Venezuela totalitarismo Trabajadores de la Chrysler trabajadores del Estado trabajadores en Argentina Transexuales Transfobia Transformando información en acción transición transnacionales chinas Transparencia Venezuela Transportes Camila Trasnacionales Tribunal Supremo de Justicia turquia Turquía tweets anarquistas Twitter UBV UCV ULA UNETE UNEY universidad central de venezuela Uribana Uruguay utopía Valles del Tuy Vaticano vegetarianismo Venevisión venezuela Venezuela bolivariana Venezuela protests in February 2014 Víctor Muñoz vidas anarquistas viento sin fronteras vigilia frente al TSJ violaciones a los derechos humanos violencia contra la mujer violencia contra niños Vivienda Vladimir Aguilar Williams Sanguino Wladimir Pérez Yaracuy Yendri Sánchez Zaida García Zapatistas Zara zona temporalmente autónoma Zulia